Aquí os dejo dos imágenes de mi contranuncio.
- ¿Es la introducción de las nuevas tecnologías en las aulas una opción u obligación? 
- ¿Cuál es la formación que origina cambios? ¿Equipos directivos, coordinadores TIC o docentes?
- ¿En qué tipo de formación hay que poner más énfasis? ¿Técnica, metodológica o didáctica?
- ¿Dónde y cómo se van a seguir formando los docentes durante su carrera laboral?
Estas son las cuestiones planteadas por el profesor Melchor Gómez en una
 de sus ponencias en el congreso virtual de Educared en cuanto al rol 
que desempeñan los componenetes de la comunidad educativa en la 
introducción de las nuevas tecnologías en las aulas. Reflexionemos sobre
 ellas.
Desde mi perspectiva, es primordial entender que la introducción de 
nuevas tecnologías en el aula y su aplicación a la educación no es una 
opción, sino una necesidad. Necesidad que ha impuesto la sociedad, que 
ha evolucionado a un ritmo superior al que lo ha hecho el ámbito de la 
educación en particular. Los sistemas educativos siguen formando 
basándose en un modelo propio de una sociedad industrial cuando ésta ya 
ha evolucionado y se encuentra inmersa en una sociedad del conocimiento 
en la que los sistemas productivos  tienen como principal arma las 
tecnologías de la información y la comunicación para generar producción.
 Esto por un lado.
En cuanto a las cuestiones reflexivas planteadas, la formación que 
orgina el cambio es la que va dirigida a toda la comunidad educativa. 
Los equipos directivos deben poner medios a disposición de docentes y 
coordinadores TIC, éstos a su vez deben asesorar y coordinar a los 
docentes en la materia, pero la formación debe ser globalizada y la debe
 percibir toda la comunidad educativa. Tiene tanto peso la formación de 
los directivos como la de los coordinadores TIC o la de los docentes, 
porque sin la labor de uno de ellos dicha formación no llegará o llegará
 de forma deficiente al destinatario final de esta cadena que es el 
alumno.
Pasando a los tipos de formación, destacar que la competencia técnica
 actualmente con la cantidad de herramientas encuadradas en el concepto 
Web 2.0 y por lo tanto de utilidad sencilla, intuitiva y ejecutable 
sobre interfaz web, sumado a la condición de nativos digitales de la 
mayoría de jóvenes, hacen que me decline por darle un peso menor en la 
formación en TIC al compararla con las competencias metodológicas y 
didácticas.
Las competencias metodológicas y didácticas son las que mayor peso 
tienen. La primera debido a un error que se da habitualmente al utilizar
 nuevas tecnologías siguiendo la misma metodología de enseñanza que 
cuando no se utilizaban. En la segunda, que hace referencia a reflejar 
curricularmente la utilidad de nuevas tecnologías en la enseñanza, 
quizás las dificultades tienen que ver con la poca alusión y orientación
 que encuentran los docentes en los decretos que regulan la enseñanza. 
En definitiva las competencias metodológicas y didácticas hay que darles
 mayor peso que a la técnica.
Finalmente en cuanto a la formación continua del docente a lo largo 
de su carrera no queda más que la iniciativa propia y el interés por 
aprender de cada uno sumado a la asistencia a cursos organizados por 
algunas entidadas al respecto. Lo adecuado sería la instauración de 
programas de formación en esta materia en los centros educativos 
impartidos por expertos, desconozco si existen. Para terminar señalar 
que sería interesante revisar los planes de estudio de la carrera 
académica docente y poner más énfasis en la formación en nuevas 
tecnologías aplicadas a la educación metedológica y didácticamente. Al 
fin y al cabo, más vale prevenir que curar.

 

